2010-06-16

Reconciliación con el Mundo

En ocasiones, en alguno de esos viajes en los que voy o vengo de Madrid, me quedo absorto en mis pensamientos y me entran al rato ganas de escribir, como ahora, con la pequeña diferencia de que hoy es la primera vez que lo hago (y espero que no la última).

No todo pueden ser siempre reflexiones político-sociales para intentar remover alguna conciencia, es más no tengo nada claro la utilidad de esto, pero más por deformación profesional que por cualquier otra cosa, sigo escribiendo con la ilusión de que a alguien le lleguen y le sea útil.

Pero como decía no todo pueden ser ese tipo de reflexiones y esto sucede, o me sucede, porque en ocasiones en estos viajes, y más aún cuando estos se enmarcan en las noches, me entran unas ganas inmensas de reconciliarme con el Mundo. De parar por un momento de pensar, luchar y trabajar por ese otro Mundo posible, el que llevamos en nuestros corazones.

Y en esos momentos en los que me quedo absorto, pienso, imagino más bien, a toda esa gente que viene y va, con la ilusión de ver al final de su viaje a la persona a la que aman, habrá también muchos que regresen a su hogar-infierno, pero en esos momentos el optimismo me invade y quiero imaginármelos felices, pasando las últimas horas del día entre los brazos de esas personas, dejándose caer al vacío de la noche.

Y también recuerdo esas imágenes de paseos nocturnos por ciudades, disfrutando del frío de la noche y cobijándome en algún bar, o entre amigos, sintiéndome feliz, reconciliado con el mundo, dejándome caer una y otra vez en esos brazos que siempre están ahí. Sintiendo que todo encaja o empieza, más bien, a encajar. Redescubriendo posibilidades y pensando que esto no es más que algo efímero y que a medida que la noche se vaya apoderando más y más de las ciudades, de esa Bilbo imponente, de ese Madrid acogedor,-ahora más que nunca me atrevería a decir- a medida que me sumerja y me cobije en esos brazos, el sueño de irá venciendo.

Podré tener un descanso reconfortante y mañana despertaré con nuevas energías, porque mañana como todos los días la guerra continua, nuestra utopía nos impulsa a andar.