2010-11-03

¡No todo es economia, estupidos!

Dándole vueltas a la cabeza y a la forma de retomar mis más que necesarías reflexiones en papél (ya sea este real o digital), al menos necesarías para mi, ya que me permiten pensar con mayor fluidez. Me he dado de bruces con diversos análisis (unos buenos, otros no tanto y otros sobre los que no hay palabra buena que decir) sobre las elecciones americanas y en muchos de estos sale a relucir esa manida frase de Clinton. -que en sus conferencias complutenses Rosa Díez no supo adaptar- "It's Economy, stupids", ocurre pués que nos dejamos ciertos matices y temas en el análisis, reduciendolo todo, como siempre, al simplismo economicista. Es evidente que sin dejar de lado la importancia de le economía en el varapalo sufrido por Obama, hemos de puntualizar ciertas cosas.

En primer lugar, no es una regresión al conservadurismo fomentada por el Tea Party. Si analizamos el peso específico de esta corriente en la victoria republicana en la camara baja, no nos encontraremos con un triunfo apabullante de los mismos.

Segundo. Es sabido la extraordinaria potencialidad de los publicistas americanos y el manejo de la misma, usando como pantalla los mass media para ello, resultado de ello es que en Europa todavía muchos creen que Obama es social-democrata o socialista,(Da verguenza ver como Zapatero lo tiene como uno de los "suyos")craso error. Para desmentir estos, analicemos un par de casos. Aumentar la recaudación de impuestos no tiene porque necesariamente ser socialista, preguntemos si no a tantos Alcaldes del PSOE o del PP que usan los parquimetros a modo solo y exclusivamente recaudatorio y preguntémonos también donde se ve reflejada luego esa recaudación, desde luego que en políticas sociales no.

Otra de las grandes falacias sobre Obama, y su socialismo, ha sido la ¿Reforma? Sanitaria. Desde luego que la reforma no se ha llevado a cabo como muchos esperaban, mas bien nadie la esperaba así, pero más allá de eso, proponer la atención sanitaria universal en el seno de un Estado, no es ser socialista. Es una cuestión pura y llanamente de humanidad y de tener un minimo de consideración por las personas que habitan ese terriotorio. Diferente es que en política haya implicado mucho deshumanizado.

Tercero y a raiz de lo anterior. Creo firmemente que las sociedadades son en gran parte moldeadas, y más en este sistema económico que tenemos, por la creadora de la oponión pública es decir los medios de masas. Pero la sociedad en cierto modo también es capaz de saber sacar lo meridiánamente importante de una noticia, será por la costumbre de ingesta de tanta (des)información edulcorada. Por eso mismo no creo que Obama fuese votado en EEUU como una revolución o como un avance hacia el socialismo de una sociedad, la norteamericana, que tán poco entusiastament ha apostado historicamente por el. La sociedad norteamericana votó un nuevo icono, un malabarista de la palabra, un anuncio en "Prime Time", -usando la analogía podemos decir que compró mas que votó. Pero resultó ser que el producto, fué publicidad engañosa, otra de tantas como la que sufrimos en el Estado Español, y si a la publicidad engañosa añadimos que últimamente el circo se ha quedado sin ideas y el pan escasea como hacía generaciones que no escaseaba, -y encima se cambian sus ingredientes por otros más baratos y nocivos- nos encontramos con una sociedad, la norteamericana, necesitada de recordar viejas glorias patrias - aquella "guerra" del Té contra el colonialismo británico-, pero que a la hora de la verdad, producto como es, de un sistema político-económico capitalista en su versión más extrema, busca con su voto lo contrario de su producto defectuoso. Al fin y al cabo una nueva compra de un producto también conocido solo que un poco revestido, a fin de cuentas la escasez de ideas en el circo afecta también a los guionistas políticos.

En conclusión, más bien debiéramos analizar no solo en este caso si no en todos los demas referidos a elecciones, movimientos, cambios, etc. en la arena política(si, política),en otras claves. No debemos olvidar nunca el enfoque sistémico y de ahí desgranar el análisis. En definitiva, no todos es economía, ¡Estupidos!. Es el sistema, ¡Amigos!.


2010-06-16

Reconciliación con el Mundo

En ocasiones, en alguno de esos viajes en los que voy o vengo de Madrid, me quedo absorto en mis pensamientos y me entran al rato ganas de escribir, como ahora, con la pequeña diferencia de que hoy es la primera vez que lo hago (y espero que no la última).

No todo pueden ser siempre reflexiones político-sociales para intentar remover alguna conciencia, es más no tengo nada claro la utilidad de esto, pero más por deformación profesional que por cualquier otra cosa, sigo escribiendo con la ilusión de que a alguien le lleguen y le sea útil.

Pero como decía no todo pueden ser ese tipo de reflexiones y esto sucede, o me sucede, porque en ocasiones en estos viajes, y más aún cuando estos se enmarcan en las noches, me entran unas ganas inmensas de reconciliarme con el Mundo. De parar por un momento de pensar, luchar y trabajar por ese otro Mundo posible, el que llevamos en nuestros corazones.

Y en esos momentos en los que me quedo absorto, pienso, imagino más bien, a toda esa gente que viene y va, con la ilusión de ver al final de su viaje a la persona a la que aman, habrá también muchos que regresen a su hogar-infierno, pero en esos momentos el optimismo me invade y quiero imaginármelos felices, pasando las últimas horas del día entre los brazos de esas personas, dejándose caer al vacío de la noche.

Y también recuerdo esas imágenes de paseos nocturnos por ciudades, disfrutando del frío de la noche y cobijándome en algún bar, o entre amigos, sintiéndome feliz, reconciliado con el mundo, dejándome caer una y otra vez en esos brazos que siempre están ahí. Sintiendo que todo encaja o empieza, más bien, a encajar. Redescubriendo posibilidades y pensando que esto no es más que algo efímero y que a medida que la noche se vaya apoderando más y más de las ciudades, de esa Bilbo imponente, de ese Madrid acogedor,-ahora más que nunca me atrevería a decir- a medida que me sumerja y me cobije en esos brazos, el sueño de irá venciendo.

Podré tener un descanso reconfortante y mañana despertaré con nuevas energías, porque mañana como todos los días la guerra continua, nuestra utopía nos impulsa a andar.

2010-05-18

Tres etapas abertzales: miedo, ira, perspicacia


El autor interpreta el desarrollo del movimiento abertzale durante las últimas décadas con el objetivo de caracterizar la próxima fase política. Una fase que tiene como elemento básico la activación social y cuyo desarrollo dependerá, en gran medida, de la perspicacia con la que el movimiento independentista la afronte. Este artículo tiene como referencia el debate estratégico de la izquierda abertzale y plantea una prospección sobre cómo puede formularse un proceso democrático.


Para todo abertzale es importantísimo el análisis del doble aparato estatal que tiene bloqueado al País Vasco y sus diferentes movimientos y técnicas. Pero hay otro campo de exploración parecidamente imprescindible: el de nosotros mismos.

En esa introspección hallamos, entre otros temas, el sustrato emocional colectivo vasco. Y, en concreto, su evolución a lo largo de la época que representamos las generaciones todavía vivas. Pronto aparecen tres fases principales que se suceden y, a la vez, perviven: el miedo; la ira; la perspicacia.

El miedo sobrevino al pueblo vasco, una vez más y de repente, con la enorme agresión franquista. La realidad social fue sangre, angustia, exiliarse, detenciones, fusilamientos, trabajos forzados. Durante años.

Pasada la represión más cruenta, el miedo, retroalimentado por la memoria, se recrudecía ante la vigilancia policial, la continua exhibición del poder en ritos políticos, legislación sobre enseñanza, prensa, manifestación, nombres de calles. El miedo era tan general e intenso que anulaba la capacidad de respuesta. La sensación de impotencia y de fracaso lo paralizaba todo. El apego a la propia tierra, a la lengua, a la historia vivía arrinconado en la vida privada. Las huelgas de mayo de 1947 fueron reprimidas tan cruelmente que se confirmó el estado del miedo.

Sólo lentamente, sin que desapareciera el miedo, asomó un estatus emocional diferente, en el que emergía la ira. Con ella se abrió paso el análisis de hechos y situaciones. De éste derivó la exteriorización del rencor frente a lo que estaba sucediendo. Y con el rencor surgió la necesidad de rebelarse. La rebelión se convirtió seguidamente, al menos para muchos, en atrevimiento. El atrevimiento, a su vez, empujó a nuevos pasos en la dinámica de información, enseñanza, actividad sindical, movimientos ciudadanos y hasta de lucha armada siguiendo los modelos de luchas de liberación en diferentes pueblos.

El miedo se paseaba por las calles pero ya no las vaciaba. Un porcentaje de población, desigual pero muy amplio, se movía, por fin, en todo tipo de autoafirmación.

Sin embargo, al sobrevenir la transición política a finales de los 70 se presentó una opción que no era rebelión, sino pacto. Y la reacción vasca se dividió en dos sectores. Uno se hizo pactista. Seguía profesando su amor a Ama Lurra, pero desprovisto de ira. Una especie de amor sin dolor. El otro sector siguió rebelde. Pero era evidente que había disminuido la población vasca resentida y enojada.

Esa distancia interna se agrandó cuando sobrevino la doctrina impuesta por el sistema político y económico occidental: el antiterrorismo. En una parte se hallaban los vascos sin ira ni desobediencia. En la otra, los vascos rebeldes.

Éstos ejercieron entonces un blindaje de identidad. Se acentuó el despecho y desprecio hacia las alternativas en las que no había enojo ni osadía. Se apropiaron del término «abertzale», porque no era posible el amor sin sufrimiento ni rebeldía. Asimismo, se reformuló la propia ideología de manera más categórica y se decidió funcionar con una gran cohesión o disciplina interna. Se limpió la casa de todo lo que pudiera resultar ambiguo.

A pesar de aquel estado de cohesión, con el paso de los sucesos empezó a surgir la sospecha de que, si bien la propia autodefinición era efectiva y el sufrimiento era una prueba de abertzalismo, no se obtenía más que un porcentaje grato-insuficiente-cambiante de adhesiones. Dotarse de adversarios colindantes marcaba identidad pero alejaba las alianzas. Con el ataque frontal, el sistema político no devenía más frágil, sino que se redefinía, invadía institucionalmente el país y hacía terribles incursiones en la estructura abertzale.

En realidad, la división vasca y la múltiple agresividad del Estado generaban una situación tan compleja que no cabía resolverla en términos de ira-rebelión-atrevimiento. Era preciso exigirse una percepción más exacta y amplia, y crear una dinámica más efectiva.

Desde ahí empezó un fuerte debate interno, contraponiendo hechos, emociones, razones y perspectivas. En el fondo deambulaba el miedo a perder la ira. A extraviarse por caminos sin rencor ni dolor. Pasar a engrosar el sector de vascos pactistas y entrar en el parque zoológico del sistema, donde existía una fotogénica libertad de movimientos, siempre excluyendo la salida.

Así se ha llegado a una fase en el sector abertzale donde resulta esencial actuar con una extraordinaria perspicacia en tres campos diferentes: la propia realidad; los otros; el sistema.

De cara a la propia realidad, es imprescindible mantener la insatisfacción, el dolor y la ira, pero es igualmente ineludible abrir la imagen. Que la ira no tapone la alegría, flexibilidad y pasión por vivir que poseemos. Asimismo, hay que enriquecer el lenguaje. Perder toda muesca de altanería moral. ¿Cómo manejar cualidades tan dispares? Esa es la primera apuesta.

De cara a los otros, hemos de aislar claramente el odio al sistema y rechazo a sus agentes, sin involucrar a los pueblos y personas invadidas por ellos. Tampoco va a ser suficiente amar globalmente al País Vasco. Es imprescindible amar cada sector y zona, y apreciar a los vascos concretos. Por ello mismo, no hay que vencer a los otros vascos, porque no serían ellos los perdedores sino el país. La vía es interrelacionar. Ganarse la estima dándola. ¿Cómo llevar a cabo todo eso? Ahí está el segundo nivel de pericia que necesitamos.

De cara al sistema jurídico-político se debe percibir claramente que la decisión ciudadana es el instrumento clave frente a él. El esfuerzo abertzale de décadas ha creado una base importante de sensibilidad civil, que permite grandes expectativas de construcción nacional vasca. No se trata, por tanto, de forzar hechos puntuales, sino de dinamizar un proceso de autoafirmación. En ese proceso no es decisivo lo que suceda, sino cómo reaccionaremos ante lo que suceda. No hay que obsesionarse con elegir y ganar una batalla concluyente, sino en ir conquistando peldaños, ya que ése es el único modo de vencer la batalla final, que nunca, por otra parte, será definitiva puesto que un país nunca llega a su plenitud.

Ésa es la tarea. No se trata, por consiguiente, de una alternativa mágica a la fase de miedo y al estatus de ira. Se trata de un recorrido que no se deja domar ni pierde la tensión y la rabia, pero que las recicla en altos y difíciles grados de perspicacia.

José María Pérez Bustero

2010-04-21

Crónica personal del Acto de presentación de ZUTIK EUSKAL HERRIA en Madrid

Ayer fui al acto a la tarde en el que se presentaba la propuesta Zutik Euskal Herria de la izquierda abertzale. Al llegar me encontre con buenos compañeros de otras organizaciones que estaban haciendo la labor de seguridad por Tirso de Molina, para que no pasase nada, y como mas tarde me comentaba uno de ellos en la vuelta a casa "Estos secretas ya no son secretas". En la plaza de Tirso de Molina, había varios secretas, sentados en bancos, haciendo como que no iba con ellos la cosa, y grabando a través de cámaras, ¿y esto porque se sabe? Primero, porque los tíos eran tan luces que tenían la cámara en el sobaco, cruzados de brazos y cuando querían grabar algo levantaban la mano del objetivo y se veía una cámara plateada asomar por ahí y segundo, porque estos secretas son los mismos que vinieron el año pasado al acto de Iniciativa Internacionalista, uno de ellos con pinta de rubiales "chulo playa" inconfundible.

Aun así, no hubo problema alguno y cual fue mi sorpresa que la sala en la que se iba a desarrollar el acto estaba hasta arriba, tampoco es que fuese demasiado grande, pero los pasillos estaban llenos de gente, entre los que estaba yo, calculo a bote pronto, que por las sillas que había y la gente en los pasillos rondaríamos los 250, que para un acto de estas características, ya es.

Carlo Fabretti, solo ejerció de presentador del acto y de moderador en el debate posterior, aunque demostró no tener muy buenas dotes acordándose de quien era el siguiente en el turno de palabra, algo que le dio un tono humorístico al asunto. Respecto al tipo de gente, os sorprendería haber estado allí, pues frente a la imagen que se trata de vender, aquello estaba lleno de gente que muchos sobrepasaban los 40 años con creces y gente también mas joven y no necesariamente "pintas", gente con estudios como un catedrático de derecho constitucional o una abogada (y yo, coño que para algo soy licenciado en ciencias políticas).

La ponente, se llamaba Miren, se especulaba con que pudiese venir Jone Goirizelaia e iba a haber acudido al acto Álvarez-Solís, pero al final no pudo venir. Ni que decir tiene que Miren perfectamente podía haber sido Goirizelaia, pues expuso un discurso trabajado y claro, al principio con nervios, ya que se notaba que era una militante de base no muy acostumbrada a este tipo de actos como oradora, pero que a medida que fue cogiendo confianza, dio una lección de oratoria. Como ella dijo "no venia a llorar", así pues en vez de contarnos todos los episodios represivos, lamentarse por la libertad arrebatada a Euskal Herria y demás, se limito a socializar la propuesta "Zutik Euskal Herria", el porque y el para que y los objetivos finales de la lucha de la Izquierda Abertzale, a mi la verdad que de lo que dijo no me sorprendió nada, sinceramente porque pienso igual que ella, pero si me sorprendió la forma de la explicación, cercana, distendida y muy clara, sin embarullarse en buscar el sexo de los ángeles.

Luego llegaron los turnos de intervención y hubo debate, mas aclaratorio que otra cosa, pero nunca me cansare de escuchar a esa gente mayor, tan sabia, que han vivido mucho mas que nosotros y dan su apoyo a nuestra lucha, y quieren seguir aprendiendo, la verdad es que fue muy grato y la forma en la que ella respondía a las preguntas fue muy clara, por puntos, muy de agradecer la verdad. Si bien, siempre nos quedara y creo que es algo que dentro de la izquierda abertzale ha de trabajarse mucho, es clarificar los puntos básicos en los que sustentar nuestro socialismo, nuestra propuesta socialista, porque la izquierda abertzale es una amalgama de distintas corrientes socialistas y hemos de hacer un esfuerzo por clarificar en torno al socialismo que queremos, porque no puede ser de recibo que lleguemos al día 1 después de la independencia y dentro de nuestro movimiento no tengamos claro que tipo de socialismo o que bases ha de tener. Me parece algo importante a debatir a abordar, porque nosotros hacemos política y en eso consiste también la política.

Para el final me dejo el intento de reventar el acto de una persona que supuestamente venia a debatir, un tal Jon Usabiaga, que se presento el así mismo, como si fuese alguien importante, y que en dos intervenciones que tuvo (mas que ningún otro de los que preguntaron) vomito odio por su boca, se declaro independentista y demás, pero no se lo creía ni el, ya que luego intento deslegitimar la lucha de Euskal Herria, basándose en que a habido euskaldunes que han apoyado a los estados, y que si ETA ha matado a 1000 personas. La ponente le respondió muy elegantemente y le dejo un poco por los suelos, porque sus datos históricos, la verdad es que eran del mundo de yupi y como siempre aquí solo nos acordamos de unas victimas. Pero su segunda intervención fue apoteósica, además de que se las intento dar de intelectual dando lecciones de filología y demás y que se le escapo un "porque el PP y el PSOE somos... son.." se puso a dar voces, ante el murmullo generalizado diciendo que si Rubalcaba había dicho que si votos o bombas, que donde se situaba la izquierda abertzale, que tal y que cual y que si también la izquierda abertzale tenia que desligarse del estalinismo porque éramos todos unos estalinistas (primera noticia que tengo al respecto...que ni me considero trotsko ni estalo), me sorprendió, porque por los pueblos de Euskal Herria no he conocido yo ningún gulag, ni en los que gobierna la izquierda abertzale... De nuevo Miren, estuvo magnifica, simplemente le respondió que evidentemente que quieren votos y que esta era una plaza libre y a el se le había dejado hablar, y que solo le pedía, que vaya a un congreso de su partido (porque aunque según el no era de ningún partido se le notaba a la legua) y que lo mismo que había expuesto en torno a lo injusto de la represión, la negación de derecho de los Estados español y francés, el derecho que tiene Euskal Herria a ser libre, etc.,-algo que el decía que apoyaba- lo expusiese en una congreso de su partido a ver si allí le dejaban hablar tan tranquilamente y tantas veces como aquí.

Resumiendo, con las notas de humor del friki este (que insinúo que Castilla nació por los euskaldunes que iniciaron la reconquista y que la palabra Castilla vendría de "Gazte Lurra" tierra joven... se olvido aquello del latín de "Castelum") que amenizaron un poco el acto, el acto por lo demás fue muy claro, bajo mi punto de vista (que no digo que sea objetivo) muy bueno y se me quedo una pregunta en la cabeza durante muchas partes del acto, que me gustaría decirle a algún mandamás de los que orquestan la estrategia represiva, por ejemplo a un tal Rubalcaba -al que según la abogada "Cada vez que Rubalcaba habla una libertad constitucional cae y muere"- que si esto es también delito, si hacer política, reunirse para debatir, para dar a conocer propuestas de resolución de un conflicto lleno de dolor y sufrimiento como el vasco, es delito, si todos los que estábamos allí ayer somos del entorno o colaboramos con ETA, simplemente por no rebuznar y apoyar sin fisuras lo que se supone que deberíamos hacer, regalando pins de demócratas a todos aquellos que piensen como el Gran Estado dice que hay que pensar.

2010-02-16

ZUTIK EUSKAL HERRIA

Dejo aqui la resolución que ayer presento la Izquierda Abertzale, en lo que para mi es una clara apuesta por las vias democraticas y por la accion politica, para llevar a una estrategia de confrontación (no armada) contra el Estado Español. Creo que es una avanze muy muy significativo, aunque este tratando de ser silenciado en los medios del "Stablishment" español.


"La Izquierda Abertzale ha analizado la actual coyuntura y el proceso político vasco, y ha debatido sobre todo ello. No lo ha hecho entre unos pocos ni en lugares ocultos. Al contrario, ha llevado el debate a la gran sala de juntas que componen sus militantes y su base social. Ha sido un ejercicio democrático, un ejercicio democrático eficaz, pues valdrá para definir la estrategia política que necesitamos.

No se ha tratado sólo de un debate en abstracto, ya que, al mismo tiempo, la Izquierda Abertzale ha tenido que intervenir e influir en la situación política. No podíamos permanecer aislados en nosotros mismos, a la espera de que en algún momento todo se aclarara. Teníamos que estar con nuestro pueblo y, a la vez que realizábamos este debate, debíamos llevar a cabo iniciativas. Al fin y al cabo, para construir una estrategia eficaz, la Izquierda Abertzale debe definir a diario su línea política y de intervención. Por ello, desde el comienzo mismo del curso político comenzamos a dar cuerpo a nuestra línea de trabajo, con iniciativas y propuestas concretas. Y de esa misma forma deberemos continuar también en los próximos meses. Sólo a nosotros y a nosotras, y a nadie más, nos corresponde asumir tal responsabilidad.

El concepto del tiempo hay que entenderlo en términos políticos. Son las condiciones políticas y sociales las que fijan el momento de realizar apuestas. Pese a que nos ha costado mucho crearlas, hoy en día existen esas condiciones para dar los pasos que estamos dando. Ése es el motivo por el que hemos desarrollado este debate. Así, la elaboración de la ponencia «Clarificando la fase política y la estrategia» y la presentación de la Declaración de Altsasu responden tanto a la reflexión interna como a los pasos que hay que dar en el proceso político. Ambos documentos han sido ratificados con un amplísimo apoyo de nuestra base social, sin olvidar que en la Unidad Popular la divergencia también tiene cabida. El debate llevado a cabo en torno a la ponencia «Clarificando la fase política y la estrategia» y la presentación de la Declaración de Altsasu ponen de manifiesto fehacientemente la voluntad de la Izquierda Abertzale por llevar a cabo el cambio político y por transitar por el camino del proceso democrático.

Precisamente, a través del debate hemos descubierto lo que debemos hacer, así como en qué hemos acertado y en qué nos hemos equivocado en este tiempo. Por eso, a la vez que nos hemos reafirmado en nuestro proyecto y en las raíces de nuestra trayectoria, también hemos realizado una profunda autocrítica. Con logros y errores, hemos traído el proceso de liberación a la fase del cambio político. Ahora, se trata de hacer irreversible el verdadero cambio político. Y asumir la apuesta de materializarlo exige cambios también en nosotros y nosotras mismas.

El Pueblo Vasco y la ciudadanía vasca, fundamentos del movimiento de liberación

El Pueblo Vasco. La ciudadanía vasca. Los hombres y mujeres de esta tierra. Su sociedad. Ésas son nuestras únicas referencias a la hora de dibujar nuestro proyecto político. La Izquierda Abertzale reafirma su compromiso de atender al pueblo y a la ciudadanía, de tener como norte sus deseos y anhelos, así como de respetar y hacer respetar su voluntad.

De hecho, es la hora del compromiso. Es la hora de dar pasos. Y en este momento, la Izquierda Abertzale es plenamente consciente de que la clave no está en esperar a conocer lo que el resto de agentes están dispuestos a hacer, sino en lo que nosotros y nosotras debemos hacer. De ese modo, nuestra fuerza y nuestra razón traerán nuevas situaciones, podrán condicionar la actuación del resto de agentes y, lo que es aún más importante, lograrán cada vez una mayor adhesión popular para que Euskal Herria sea dueña de su futuro.

Realizar la apuesta política es una decisión propia, porque consideramos que esta apuesta es la manera más eficaz para avanzar en el proceso de liberación, y porque responde al deseo de nuestro pueblo. Nuestras decisiones deben ser siempre consecuencia de nuestra voluntad y de la de nuestro pueblo. No debe estar forzada por nada, ni depender de la voluntad de nadie más.

La imposición y la injusticia utilizadas por los estados no serán jamás ingredientes del proyecto de los independentistas de izquierdas. No somos como ellos, tampoco cuando debemos hacer frente a la represión salvaje y al intento de asimilación de nuestro pueblo. No lo hemos sido jamás, ni lo seremos en adelante.

Damos nuestra palabra de que no dejaremos que se pierdan la esperanza y las condiciones creadas durante estos años para alcanzar un escenario democrático. Sin ir muy lejos, las movilizaciones populares de los últimos tiempos han mostrado claramente que existe masa crítica para orientar convenientemente el proceso democrático mediante vías políticas. Además, la Izquierda Abertzale puede confirmar que otros agentes, tanto en Euskal Herria como en el ámbito internacional, están dispuestos a realizar junto con nosotros y nosotras este camino, cada cual desde sus propias decisiones. Corresponde a toda la Izquierda Abertzale alimentar las condiciones para que todo ello pueda desarrollarse con fortaleza. No defraudaremos a nuestra historia. No defraudaremos a nuestro pueblo.

Desde hoy mismo tenemos el futuro por ganar. La opción de la independencia está abierta. En Europa se han constituido estados y en diferentes lugares ese debate está plenamente abierto. La opción de crear nuevos estados es una opción real si existe la capacidad de articular mayorías democráticas sólidas. Euskal Herria es un pueblo organizado, dinámico y preparado, con suficiente madurez y con suficientes bases políticas, sociales y económicas. Por encima de cualquier otra cosa, tenemos plena confianza en nuestro pueblo.

Antecedentes políticos, motivos para la confianza

Hace 50 años Euskal Herria agonizaba. En este periodo de tiempo, gracias a la lucha, hemos recorrido el trayecto hasta abrir la opción de la constitución del Estado Vasco. Ahora, después de haber logrado frenar la operación política diseñada tras la muerte de Franco, cuyo objetivo era la asimilación de Euskal Herria, estamos a las puertas de un nuevo tiempo que tendrá como objetivo constituir un marco democrático.

En estas décadas hemos logrado muchos avances y victorias parciales. Además de responder a las embestidas de los estados, hemos tenido capacidad de desarrollar una línea política. Hemos hecho frente a los intentos de destrucción del independentismo y, al mismo tiempo, hemos sido capaces de abrir y ganar debates, así como de colocar en el centro del panorama político contenidos y propuestas concretas.

No ha sido un camino fácil. El sufrimiento ha sido la terrible consecuencia de este largo ciclo de conflicto político y confrontación armada. Aunque muchos hayan querido ocultar la realidad, el origen de ese sufrimiento resulta evidente: la negación de los derechos de Euskal Herria. Esa negación provoca el conflicto político, y la estrategia represiva lo alimenta. Superar esa situación es una necesidad para poder alcanzar ese escenario democrático donde poder defender nuestro proyecto político.

Durante todos estos años, la Izquierda Abertzale ha realizado un enorme trabajo. Desde la lógica política de ese mismo trabajo y desde la confianza que ofrece el camino realizado hemos formulado el camino del próximo periodo. Nuestra historia y nuestras razones nos dan confianza en nosotros mismos.

La fase política, la fase del cambio

Nos encontramos en una fase política agotada, y ello ofrece claramente oportunidades históricas al proyecto nacional y social. Las opciones de cambio político institucional caracterizan la situación de Euskal Herria, si bien es cierto que esas opciones tienen formas e intensidades diferentes en el sur y el norte de Euskal Herria.

Es cierto que la situación de bloqueo se está prolongando más de lo debido, principalmente porque los estados así lo han decidido a través de la estrategia represiva. En concreto, en Hego Euskal Herria seguimos entre dos ciclos, uno agotado y otro nuevo aún sin definir. Así, el pulso político del momento y la principal batalla se centra en la dirección y forma de ese nuevo ciclo que hay que abrir.

La oportunidad de un cambio político verdadero, la oportunidad de superar el ciclo estatutario supeditado a la estrategia de la negación de Euskal Herria y abrir un marco democrático, se encuentra abierta de par en par. Ahora el desafío consiste en cruzar esa puerta abierta tras décadas de esfuerzo, trabajo y lucha y efectuar el cambio político. Hay suficientes condiciones para ello. La clave reside en concretar la estrategia eficaz que, aprovechando esas condiciones, materialice dicho cambio.

París mantiene una agresiva actitud de negación sobre el norte de Euskal Herria. Pero ya sea en la reivindicación institucional, en la defensa del euskera, en la construcción nacional o en las luchas del ámbito socio-económico, las movilizaciones sociales demuestran una y otra vez las ansias de vivir y la determinación por lograr el reconocimiento de este país.

Las bases para el reconocimiento de la territorialidad de Euskal Herria están asentadas en la ciudadanía de Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa. Tenemos que abrir en las tres provincias una nueva fase que, mediante la acumulación de fuerzas, obtenga el reconocimiento institucional y para que París respete la palabra y la decisión de Euskal Herria.

La fase política a la que nos dirigimos es la fase del cambio político. Una vez creadas las condiciones del cambio, llega la hora de materializarlo. Por consiguiente, el objetivo de esta fase política es lograr el marco democrático que ofrezca las suficientes bases para realizar el camino hasta la constitución del Estado Vasco.

El proceso democrático, la palanca del cambio de ciclo

El proceso democrático constituye la palanca para el cambio de ciclo, es el instrumento principal de la fase política. Hay que articular un proceso democrático que tenga como base la negociación, el acuerdo político y la participación popular. Desarrollar un proceso de ese tipo resulta la única vía posible para realizar el cambio de marco.

Es hora de estructurar el proceso democrático. Y ese proceso tiene un objetivo definido: constituir el marco democrático que resuelva los nudos de la autodeterminación y la territorialidad. El marco democrático tiene que posibilitar que todos los proyectos políticos puedan ser materializados, incluido el de los independentistas. El acuerdo político resolutivo entre las distintas formaciones vascas, que deberá ser respetado por los estados, constituye el elemento que debe gestar el proceso democrático. Los principales protagonistas serán la ciudadanía vasca y Euskal Herria, para iniciar el proceso, para fortalecerlo, para refrendar los acuerdos de solución y para tomar las últimas decisiones sobre su organización interna y relaciones externas. Deben construirse las condiciones para desarrollar adecuadamente este proceso, es decir, sin injerencias, injusticias y sin violencia.

Tal y como se afirmó en la Declaración de Altsasu, iniciar el proceso democrático supone una decisión unilateral de la Izquierda Abertzale. Pese a los altibajos y superando los problemas que se presenten, el proceso democrático constituirá un reto que deberá mantenerse en el tiempo. Para su desarrollo se buscarán acuerdos bilaterales o multilaterales con los agentes políticos vascos y con la comunidad internacional. Así como con los estados para alcanzar la resolución del conflicto.

Por decisión propia y desde la confianza, con la esperada ayuda de otros agentes y la previsible oposición de potentes centros de poder, la Izquierda Abertzale prevé tres estaciones en el proceso democrático que ya se está poniendo en marcha en Hego Euskal Herria. Mientras, en Ipar Euskal Herria las labores principales consisten en el trabajo de socialización y de dar forma a una acumulación de fuerzas específica. Éstas son esas tres estaciones:

Mínimos democráticos. Constituyen la base necesaria para poder desarrollar el proceso democrático. Deberán materializarse acuerdos o decisiones sobre la igualdad de oportunidades de todas las fuerzas políticas y sobre la desactivación de las medidas de excepción.

Acuerdo democrático. Se basaría en el desarrollo de los contenidos políticos trabajados en el último proceso de negociación, reconociendo el carácter nacional de Euskal Herria, garantizando que todos los proyectos políticos puedan ser realizables, y estructurando las vías jurídico-políticas para que los territorios vascos puedan establecer sus relaciones tanto entre si como con el Estado.

Marco democrático. Supondría la materialización jurídico-política del acuerdo democrático. Se constituiría gracias a la voluntad popular y garantizaría superar las negaciones estructurales que padece Euskal Herria. Ahí situaría la Izquierda Abertzale su esfuerzo por crear una autonomía conformada por los cuatro territorios de Hego Euskal Herria y con derecho a decidir, en el sentido expuesto en la propuesta de Anaitasuna, y del mismo modo, en articular una autonomía con los tres territorios de Ipar Euskal Herria, tal como recoge la Propuesta de Uztaritze.

Nuevas estrategias e instrumentos, medios para avanzar

Estamos comenzando una nueva fase, y ello exige nuevas estrategias e instrumentos. Para llevar a cabo el cambio resulta imprescindible posibilitar una acumulación de fuerzas creciente y llevar la confrontación al terreno donde los estados son más débiles, esto es, llevar la confrontación al terreno político.

La conclusión del debate se ha decantado por situar todas las formas de actuación al servicio del reto que entraña la nueva fase política; para favorecer la acumulación de fuerzas que exige el nuevo ciclo. Por tanto, con el objetivo de la acumulación de fuerzas como horizonte, la lucha de masas, la lucha institucional y la lucha ideológica, la modificación de la correlación de fuerzas y la búsqueda del apoyo internacional serán los únicos instrumentos del proceso democrático. El apoyo popular supondrá la única garantía, y el movimiento popular, el acicate más eficaz.

Será el empuje de la unidad de acción y la activación popular, desarrolladas mediante la utilización de vías y medios exclusivamente políticos y democráticos, el que abrirá el marco democrático.

El proceso democrático tiene que desarrollarse en ausencia total de violencia y sin injerencias, rigiéndose el diálogo y la negociación entre las fuerzas políticas por los principios del Senador Mitchell. Nadie podrá utilizar la fuerza o amenazar con su uso para influenciar en el curso o el resultado de las negociaciones multipartitas, así como para tratar de modificar el acuerdo que nazca de las mismas.

El proceso democrático debe traer consigo una organización, una acumulación de fuerzas, una capacidad de lucha y un apoyo popular crecientes, y gracias a todo ello se podrán lograr objetivos tácticos y proyectar diferentes iniciativas: entre otras cosas, lograr las libertades democráticas básicas y dar pasos en la liberación de presos, reoxigenar la construcción y articulación nacional, fortalecer la ofensiva política en el ámbito internacional e impulsar la negociación política.

La estrategia que estamos perfilando cuenta con ámbitos de trabajo bien definidos. Resulta práctica y ofrece la posibilidad de dar pasos concretos. Las principales líneas de trabajo consisten en sumar fuerzas en favor de la independencia y la soberanía, en fortalecer las dinámicas en favor de las libertades democráticas y de los presos y presas, en proyectar los instrumentos e iniciativas que desarrollen el proceso democrático -en concreto, para impulsar la negociación política-, y en diseñar el camino para fortalecer la propia Izquierda Abertzale. Desarrollar y concretar todo ello acaparará el trabajo teórico y práctico de los próximos meses.

Consideramos que el proceso democrático y la construcción nacional deben ir de la mano. La construcción nacional tiene una gran importancia también en la actual fase política. De hecho, supondrá un instrumento para la acumulación de fuerzas y para que el proceso tome una dirección adecuada. Hay que situar la construcción nacional en el cambio de ciclo. Es más, el cambio de ciclo debe permitir que la construcción nacional avance de un modo más eficaz, uniendo el trabajo del movimiento popular y el de las instituciones. En nuestro análisis también la construcción nacional entraría en una nueva fase.

La Izquierda Abertzale quiere añadir al cambio político el cambio social, porque considera que unirlos constituye garantía para ambos. Un cambio político sin cambio social sería claramente insuficiente, y el cambio social sin cambio político resulta irrealizable. En definitiva, además de hacer frente a la injusticia que impone el modelo neoliberal, la lucha de izquierdas que debemos desarrollar orientaría adecuadamente el cambio político y favorecería la acumulación de fuerzas de los trabajadores y los sectores populares. El trabajo que debe efectuar el sindicalismo resulta fundamental.

Los y las independentistas de izquierda deseamos el cambio social, y para ello, entre otras cosas, resulta imprescindible el aliento del movimiento popular, la práctica feminista, una nueva política lingüística, un nuevo modelo educativo, el trabajo de los agentes culturales y la pujanza del movimiento juvenil.

Para avanzar en esta apuesta política, en el futuro la Izquierda Abertzale deberá disponer de una formación política legal para la intervención político-institucional, así como para participar en la mesa de partidos políticos donde se logre el acuerdo político resolutivo. Por tanto, le corresponderá a dicha formación, sea cual sea su nombre y estructura legal, ser la referencia de todos los independentistas y socialistas de Euskal Herria en la práctica política, de masas, ideológica e institucional a desarrollar en el proceso democrático.

Ezker Abertzalea

En Euskal Herria, febrero de 2010"

2010-02-03

FMI, Paro y Jubilación

Estos últimos días, voy asistiendo atónito a los titulares de prensa, informaciones y demás que se van publicando en los diferentes medios de información, o desinformación según el caso.

Y el caso es que en las últimas fechas, se nos ha informado de el proyecto del gobierno de subir la edad de la jubilación hasta los 67 años, algo que ayer mismo la mayoría de representantes de las formaciones con espacio en el Congreso de los Diputados aplauidían en una charla-coloquio. En el que llevaron a Llamazares también a hacer un poco el paripé e intentar parecer duro y enfadado (nunca ha sido muy creible) diciendo que esa reforma se encontrará con los sindicatos de cara (tres días después seguramente se pongan de espaldas, se agachen y ... ya sabemos que suele pasar con los sindicatos mayoritarios). Pero lo triste es que un gobierno "socialista" sea el que propone esto, aunque más triste aún es qué algunos aún crean que el PSOE tenga algo de socialismo en sus entrañas y se extrañen ahora de esto. A muchos ya nos pilla de vuelta.

Pero por si esto fuera poco, la OCDE (ese grán y social estamento) y el FMI (el mismo que da dinero a Haití para su reconstrucción a un elevado interes porque nunca hay que perder ocasión de ganar dinero)han aplaudido la propuesta del gobierno (¿socialista?). Esto es algo que tampoco debería extrañarnos, pues fué la UE (otro estandarte del progreso y de la política social) la que recomendó al Estado Español que tenía que tocar las pensiones y la seguridad social, que demasiado dinero se iba por ahí, "si total para que, son viejos, se van a morir igualmente" debieron pensar. Pero ya el esperpento llego a su apogeo cuando uno de los portavoces del FMI, se cubrió de gloria diciendo que para que el Estado Español salga antes de la crísis, hay que bajar los sueldos, "Hay que joderse con los obreros, siempre pidiendo más, pues ahora encima que no tienen trabajo les jodemos más" debio pensar esta mente privilegiada. Todo esto víno a coincidir con el mismo día en el que el ministro de trabajo (o de desempleo) dió los nuevos datos del paro.Estos volvieron a subir,lógico y normal. Es lo que tiene la precariedad del mercado laboral, y las navidades son muestra de ello, baja el paro por 3 semanas, luego vuelve a subir.

Así pues, expuestos el Paro, FMI y la Jubilación podemos tratar de hacer algo didáctico. En primer lugar deberíamos preguntarnos todos aquellos con un mínimo de conciencia revolucionária, que tipo de sistema social queremos. Si queremos este, muy bien, podemos desde ya ponernos la soga al cuello y dejar poco a poco que los días pasen y que la soga se vaya tensando hasta que nos asfixie por completo. Si en cambio queremos algo nuevo y distinto, un mundo nuevo, una sociedad nueva, libre, deberíamos quitarnos unos cuantos prejuicios y cortar la soga desde ya. En primer lugar deberíamos llamar a las cosas por su nombre. A los trabajadores, clase trabajadora u obrera, y dejarnos de eufemismos de clase media, clase media-baja, clase media-alta. Eso solo sirve para maquillar la realidad.

En segundo lugar, si creemos en un sistema social, justo, y por ende igualitario, deberiamos tomar una actitud para con todas las instituciones que el capitalismo tiene pululando por el mundo, dando lecciones o manejando el devenir del orden mundial. El marxismo nos ha enseñado que de la historia se aprende y eso es algo que no deberíamos olvidar. La historia nos ha enseñado como el sistema trata de revestirse, maquillarse, hacerse la cirugía si hace falta, pero en esencia sigue siendo el mismo sistema y aquí no cambia nada. La UE, el FMI, la OCDE, son solo instituciones que responden a un fín, el capitalismo, el cual las usa como medio para conseguir que pueda campar a sus anchas (el capitalismo) revestido de lo que en cada momento sea necesario.

En tercer lugar, deberíamos los jóvenes despertar, si quiera un poco, para empezar a darnos cuenta de como se rien en nuestra cara. Aunque claro ello supondría renunciar a muchos de los jugetes que el sistema nos da para adormecernos. Igual que retrasen la jubilación nos afecta y de lleno.¿Por qué? No voy a descubrir nada nuevo, pero es evidente que si ampliamos la vida laboral y tenemos en cuenta las dificultades de la incorporación al mercado laboral por parte de la juventud, no hay que explicar mucho más. Deberiamos también pensar que si el gobierno hace caso a las recomendaciones del FMI (de los "socialistas" nada puede sorprendernos a estas alturas del partido), además de incorporarnos más tarde al mercado laboral, cobraremos menos y nuestras vidas, trabajos, ilusiones y lo más importante nuestro futuro, sera aún más precario si cabe. Si en vez de dar pasos en descender la edad de jubilación -para que así el mercado laboral pudiese absorver antes a los trabajadores jóvenes-, damos pasos en el sentido contrario nos cavamos nuestra propia tumba. Esto nos hace aún más útiles para el sistema pues adormecidos menos pintamos y encima dóciles.¿Que más se puede pedir?

Así pues deberíamos ser conscientes de nuestro futuro, poner al FMI y otras instituciones de su calibre en su sitio, comprender cual es su funcion en un mundo dominado por el capitalismo e interconectado entre si en cualquier lugar del globo. Debemos tener muy claro porque y para qué creemos en lo que creemos y más importante aún, despojarnos de cualquier atisbo de conformismo o connivencia para con el sistema si no queremos ser fagocitados por este una vez más.

2010-01-27

Los pecados de Haití

Eduardo Galeano



La democracia haitiana nació hace un ratito. En su breve tiempo de vida, esta criatura hambrienta y enferma no ha recibido más que bofetadas. Estaba recién nacida, en los días de fiesta de 1991, cuando fue asesinada por el cuartelazo del general Raoul Cedras. Tres años más tarde, resucitó. Después de haber puesto y sacado a tantos dictadores militares, Estados Unidos sacó y puso al presidente Jean-Bertrand
Aristide, que había sido el primer gobernante electo por voto popular
en toda la historia de Haití y que había tenido la loca ocurrencia de querer un país menos injusto.

El voto y el veto
Para borrar las huellas de la participación estadounidense en la dictadura carnicera del general Cedras, los infantes de marina se llevaron 160 mil páginas de los archivos secretos. Aristide regresó encadenado. Le dieron permiso para recuperar el gobierno, pero le prohibieron el poder. Su sucesor, René Préval, obtuvo casi el 90 por ciento de los votos, pero más poder que Préval tiene cualquier mandón de cuarta categoría del Fondo Monetario o del Banco Mundial, aunque el pueblo haitiano no lo haya elegido ni con un voto siquiera.
Más que el voto, puede el veto. Veto a las reformas: cada vez que Préval, o alguno de sus ministros, pide créditos internacionales para dar pan a los hambrientos, letras a los analfabetos o tierra a los campesinos, no recibe respuesta, o le contestan ordenándole:
-Recite la lección.
Y como el gobierno haitiano no termina de aprender que hay que desmantelar los pocos servicios públicos que quedan, últimos pobres amparos para uno de los pueblos más desamparados del mundo, los profesores dan por perdido el examen.

La coartada demográfica
A fines del año pasado cuatro diputados alemanes visitaron Haití. No bien llegaron, la miseria del pueblo les golpeó los ojos. Entonces
el embajador de Alemania les explicó, en Port-au-Prince, cuál es el
problema: -Este es un país superpoblado -dijo-. La mujer haitiana siempre quiere, y el hombre haitiano siempre puede. Y se rió. Los diputados callaron. Esa noche, uno de ellos, Winfried Wolf, consultó las cifras. Y comprobó que Haití es, con El Salvador, el país más superpoblado de las Américas, pero está tan superpoblado como
Alemania: tiene casi la misma cantidad de habitantes por quilómetro
cuadrado.
En sus días en Haití, el diputado Wolf no sólo fue golpeado por la miseria: también fue deslumbrado por la capacidad de belleza de los pintores populares. Y llegó a la conclusión de que Haití está superpoblado… de artistas. En realidad, la coartada demográfica es más o menos reciente. Hasta hace algunos años, las potencias occidentales hablaban más claro.

La tradición racista
Estados Unidos invadió Haití en 1915 y gobernó el país hasta 1934. Se retiró cuando logró sus dos objetivos: cobrar las deudas del City Bank y derogar el artículo constitucional que prohibía vender plantaciones a los extranjeros. Entonces Robert Lansing, secretario de Estado, justificó la larga y feroz ocupación militar explicando que la raza negra es incapaz de gobernarse a sí misma, que tiene “una tendencia inherente a la vida salvaje y una incapacidad física de civilización”. Uno de los responsables de la invasión, William Philips, había incubado tiempo antes la sagaz idea: “Este es un pueblo inferior, incapaz de conservar la civilización que habían dejado los franceses”.
Haití había sido la perla de la corona, la colonia más rica de Francia: una gran plantación de azúcar, con mano de obra esclava. En El espíritu de las leyes, Montesquieu lo había explicado sin pelos en la lengua: “El azúcar sería demasiado caro si no trabajaran los esclavos en su producción. Dichos esclavos son negros desde los pies hasta la cabeza y tienen la nariz tan aplastada que es casi imposible tenerles lástima. Resulta impensable que Dios, que es un ser muy sabio, haya puesto un alma, y sobre todo un alma buena, en un cuerpo enteramente negro”.
En cambio, Dios había puesto un látigo en la mano del mayoral. Los esclavos no se distinguían por su voluntad de trabajo. Los negros eran esclavos por naturaleza y vagos también por naturaleza, y la naturaleza, cómplice del orden social, era obra de Dios: el esclavo debía servir al amo y el amo debía castigar al esclavo, que no mostraba el menor entusiasmo a la hora de cumplir con el designio divino.. Karl von Linneo, contemporáneo de Montesquieu, había retratado al negro con precisión científica: “Vagabundo, perezoso, negligente, indolente y de costumbres disolutas”. Más generosamente, otro contemporáneo, David Hume, había comprobado que el negro “puede desarrollar ciertas habilidades humanas, como el loro que habla algunas palabras”.

La humillación imperdonable
En 1803 los negros de Haití propinaron tremenda paliza a las tropas de Napoleón Bonaparte, y Europa no perdonó jamás esta humillación infligida a la raza blanca. Haití fue el primer país libre de las Américas. Estados Unidos había conquistado antes su independencia, pero tenía medio millón de esclavos trabajando en las plantaciones de algodón y de tabaco. Jefferson, que era dueño de esclavos, decía que todos los hombres son iguales, pero también decía que los negros han sido, son y serán inferiores.
La bandera de los libres se alzó sobre las ruinas. La tierra haitiana había sido devastada por el monocultivo del azúcar y arrasada por las calamidades de la guerra contra Francia, y una tercera parte de la población había caído en el combate. Entonces empezó el bloqueo. La nación recién nacida fue condenada a la soledad. Nadie le compraba, nadie le vendía, nadie la reconocía.

El delito de la dignidad
Ni siquiera Simón Bolívar, que tan valiente supo ser, tuvo el coraje de firmar el reconocimiento diplomático del país negro. Bolívar había podido reiniciar su lucha por la independencia americana, cuando ya España lo había derrotado, gracias al apoyo de Haití. El gobierno haitiano le había entregado siete naves y muchas armas y soldados, con la única condición de que Bolívar liberara a los esclavos, una idea que al Libertador no se le había ocurrido. Bolívar cumplió con este compromiso, pero después de su victoria, cuando ya gobernaba la Gran Colombia, dio la espalda al país que lo había salvado. Y cuando convocó a las naciones americanas a la reunión de Panamá, no invitó a Haití pero invitó a Inglaterra.
Estados Unidos reconoció a Haití recién sesenta años después del fin de la guerra de independencia, mientras Etienne Serres, un genio francés de la anatomía, descubría en París que los negros son primitivos porque tienen poca distancia entre el ombligo y el pene. Para entonces, Haití ya estaba en manos de carniceras dictaduras militares, que destinaban los famélicos recursos del país al pago de la deuda francesa: Europa había impuesto a Haití la obligación de pagar a Francia una indemnización gigantesca, a modo de perdón por haber cometido el delito de la dignidad..
La historia del acoso contra Haití, que en nuestros días tiene dimensiones
de tragedia, es también una historia del racismo en la civilización
occidental.